(Nota extraída de Info Gremiales)
En un comunicado emitido en el día de la fecha el Sindicato de Custodios volvió a marcar el estado de precarización absoluta del sector a partir de sucesos que alcanzaron notoriedad pública en las últimas horas. “Los últimos hechos nos producen una gran preocupación. Ataque de bandas de “niños bien” a trabajadores de seguridad en […]
El líder de los trabajadores custodios se explaya al respecto: “Hoy amanecimos con la noticia de que en el Barrio cerrado “El Hábitat” de Pilar ocurrió un hecho delictivo que por suerte terminó sin víctimas. Y todos nos enteramos porque el protagonista fue el mediático bailarín conocido como Hernán Piquín. Pero no me quiero detener en lo sucedido. Sino en lo que se esconde y se toma como obvio. No había personal de seguridad, encuadrado como tal, formado y capacitado. Sino un trabajador que llamaban “portero”. Si bien nosotros no lo representamos gremialmente, es un par que cumple otras funciones y es expuesto maliciosamente a sufrir una agresión a la que no va a poder responder. Parecería que las clases acomodadas ven en cada oportunidad un negocio y por no pagar por sus seguridad se exponen ellos (que es su decisión), pero también exponen a trabajadores por un salario miserable, que luego de cumplir con sus tareas, regresan a sus casas, totalmente alejadas de ese lujo por el que no quieren pagar. Denunciamos hace días otro hecho sorprendente en dónde una empresa constructora, la misma que administraba el country, brindaba de manera ilegítima servicios de custodia, abonando salarios por debajo del Convenio y parte del mismo en negro. Sin ropa adecuada de trabajo y sin elementos de comunicación. Se lo hicimos saber a los vecinos, y recibimos hasta ahora solo indiferencia y una importante multa del órgano contralor correspondiente. El sábado tres sujetos que por su condición social se creen superiores, golpearon cobardemente a dos trabajadores de seguridad. Uno está en estado crítico. Las cámaras exteriores del Shopping “Las Toscas” casualmente no tomaron las escenas de la agresión. Es que estos elementos tecnológicos suelen utilizarse para “vigilar” a los trabajadores y no para la prevención de delitos”.
López termina advirtiendo: “Lamentablemente la seguridad privada es un gran negocio”. Para los empresarios que obtienen una gran rentabilidad con escasa inversión. Para los grandes contratistas porque permite valorizar sus productos: los barrios cerrados o importantes edificios pueden vender más unidades y a mejor precio. Los centros comerciales e hipermercados atraer más clientes. Los trabajadores, los que producimos sus riquezas, con salarios bajos y arriesgando nuestras vidas diariamente, somos descartables, invisibles. Pero ojo jamás podrán contar con la complicidad del S.U.T.C.A, daremos las batallas que sean necesarias y en el escenario en que se planteen”.